12h48 CEST
01/07/2025
Barcelona, 1 jul (EFE).- Tras dos temporadas sin ganar títulos que confirman la crisis del baloncesto azulgrana, el Barça inicia una nuevo mercado estival en el que volverá a intentar, una vez más, dar con la fórmula que le permita armar una plantilla estable y de garantías con un presupuesto menguante que le hace perder competitividad año tras año.
El reto para Juan Carlos Navarro y Mario Bruno Fernández en los despachos vuelve a ser mayúsculo. Este año aún más si cabe, puesto que el Barça, que ahora mismo cuenta con solo once fichas del primer equipo, tendrá que hacer frente a un calendario todavía más exigente por la ampliación de la Euroliga.
Cinco bajas confirmadas
Y es que, apenas se acaba de iniciar el verano y el club ya tiene cinco bajas confirmadas respecto al curso anterior: la del escolta Dame Sarr, el alero Justin Anderson, los ala-pívots Chemize Metu y Jabari Parker y el pívot Youssoupha Fall.
Sarr llegó a un acuerdo con la Universidad de Duke a mitad de temporada y Parker pidió al club rescindir el año de contrato que le quedaba después de que el equipo quedase eliminado en la semifinales de la Liga Endesa a manos de Unicaja. Una propuesta que el Barça ha acabado aceptando de buen grado, porque el adiós del estadounidense libera algo de dinero en caja.
Los otros tres jugadores que no seguirán finalizaban contrato este 30 de junio, aunque su marcha se debe a diferentes razones. Las renovaciones de Metu, que sigue recuperándose de una rotura en el tendón de Aquiles, y Fall, con un protagonismo residual en el equipo, quedaron descartadas.
Y el club también tenía asumido que no podría pujar por retener a Anderson, que ha aceptado una millonaria oferta para jugar en Dubai el curso que viene.
Además, el joven base Raúl Villar, uno de los candidatos para convertirse definitivamente en jugador del primer equipo la próxima temporada, ha seguido los pasos de Sarr y también probará la próxima en la NCAA, en su caso, con la camiseta de la Universidad de Charlotte.
Dos renovaciones y tres fichajes
Por otra parte, a las dudas de cómo volverán de sus respectivas lesiones los bases Nico Laprovittola y Juan Núñez y el pívot Jan Vesey se unen las que suscita el futuro del alero Álex Abrines quien, dentro de dos meses, cumplirá 32 años y está meditando su retirada.
Por tanto, el Barça, que mantiene a Joan Peñarroya en el banquillo, debe moverse rápidamente en el mercado para apuntalar una plantilla que le permita alternar Liga Endesa y Euroliga cada dos o tres días y aspirar a disputar la Copa del Rey.
De momento, las buenas noticias han sido las renovaciones del escolta Kevin Punter y el alero Joel Parra hasta 2008 -el próximo debería ser el escolta Darío Brizuela- y los fichajes del alero Myles Cale, del base Juani Marcos y del ala-pívot Tornike Shengelia.
Cale, que ha firmado por una temporada, es un atlético exterior estadounidense de 26 años, con buena mano y capacidad de penetración que el curso pasado destacó en el Aquila Trento italiano (11,3 puntos y 1,9 asistencias por partido).
Y el Barça ha repescado a Marcos -al que fichó en 2019 como una de las promesas del baloncesto argentino- tras dos últimas campañas -la última ya como agente libre- en el Bàsquet Girona, con el que ha promediado 8,9 puntos y 3,9 asistencias.
A punto de cumplir 25 años, el base rosarino regresa al Palau Blaugrana ya con experiencia ACB y para cubrir alguna eventual baja en la dirección de juego, donde Laprovittola y Núñez tendrán que trabajar para alcanzar de nuevo su mejor versión tras superar sendas lesiones de rodilla.
Pero si Cale y Marcos llegan para completar el 'roster', Shengelia, cuyo fichaje podría hacerse oficial en las próximas horas, lo hace para aportar el plus de calidad que le falta al equipo con las salidas de Parker y Metu.
Y es que el interior georgiano de 33 años es un jugador de experiencia y calidad contrastadas quien llega tras ser el MVP de las finales de la Lega italiana, que ha conquistado con el Virtus Bolonia.
En cualquier caso, el Barça necesita, como mínimo, dos refuerzos más (un 3-4 versátil y un pívot), si quiere mantener al menos la profundidad de banquillo con la que empezó el curso pasado, antes de que su enfermería colapsara.
Aunque uno de ellos no será el pívot James Nnaji, con contrato en vigor hasta 2027, pero que no se ha ganado su vuelta al Palau tras su discreta temporada, que empezó como cedido en el Bàsquet Girona y acabó, también a préstamo, en el Merkezefendi turco.
Ginés Muñoz