19h47 CEST
04/07/2025
María José Rey y Lázaro García
Santiago de Chile, 4 jul (EFE).- La noche del 4 de julio de 2015 marcó un hito en la historia del fútbol chileno, un penal de Alexis Sánchez ante Argentina dio a Chile su primer título continental y convirtió a un grupo de futbolistas en una 'Generación Dorada' que lograría el bicampeonato en 2016 ante el mejor jugador del mundo: Lionel Messi.
Diez años después, La Roja esta sumida en una aguda crisis deportiva, económica y social, fruto de una pésima gestión que no ha sabido capitalizar aquellos triunfos para colocar a Chile entre las grandes potencias del fútbol sudamericano, de cuyo nivel hoy día está muy alejada.
Última en las eliminatorias sudamericanas del Mundial 2026, fuera de una cita mundialista por tercera vez consecutiva, fue el propio Alexis quien, con palabras, oficializó en junio pasado un final que los chilenos se resistían a aceptar: "La Generación Dorada terminó hace tiempo, lo digo siempre, ya está enterrada".
Aquella Copa América que La Roja logró siendo anfitriona, hoy los chilenos la viven con nostalgia: "Mira, el Alexis", dice Orietta a su hijo Bruno mientras miran una fotografía de aquel penal, que forma parte de una exposición conmemorativa que el Sindicato de Futbolistas de Chile organizó en la populosa Plaza Ñuñoa en Santiago.
Medallas, camisetas, portadas de periódicos argentinos con titulares dramáticos sobre la derrota albiceleste, y un sinfín de recuerdos estuvieron a la vista en un bus museo.
"Fue maravilloso porque fue una larga espera", comentó a EFE Orietta sobre el significado de aquel título y agregó: "El fútbol acá en Chile como que nos une a todos y nos hace olvidar cosas malas, nos hace ser felices".
Bruno, de 12 años, replicó: "Yo estaba en los brazos de mi abuelo, era una guagua (bebé). Ahora veo que eso es histórico".
Hasta ese momento, Chile había sido el eterno aspirante en el continente, que destacaba con buenas actuaciones, pero sin trofeos que refrendaran su crecimiento.
La 'Generación Dorada' inspiró a los chilenos con una identidad futbolística que se cimentó entre 2007 y 2017, cuando La Roja se clasificó, por primera vez, a dos mundiales de forma consecutiva (2010 y 2014), fue bicampeona de América y finalista en la Copa Confederaciones.
Chile estaba presente en el mejor fútbol del mundo, Sánchez jugaba en el Arsenal de Inglaterra; Arturo Vidal pasó al Bayern de Alemania; Gary Medel en el Inter y Mauricio Isla en la Juventus de Italia y Bravo en el Barcelona de Messi, Luis Suárez y Neymar.
Los triunfos también llevaron a La Roja al tercer lugar del ranking FIFA en 2016, una ubicación histórica, que consolidó a aquel grupo de jugadores en el imaginario del país austral.
"Fue una alegría total, inmensa. Algo histórico que nunca se nos va a olvidar. Ningún chileno se lo esperaba. Nos da pena porque en tan pocos años yo creo que están destruyendo el fútbol", dijo Ricardo Valenzuela, maestro hojalatero, que llevó a su hijo para fotografiarse con una réplica de la Copa.
Maximiliano tiene 11 años y creció escuchando la historia de aquel logro: "Muy bonito, ojalá vivirlo con mi papá y yo estar ahí en el momento, otra Copa América o posiblemente un Mundial".
A pesar de que la 'Generación Dorada' también carga con las eliminaciones consecutivas para los Mundiales de 2018, 2022 y 2026, el 82 % de los chilenos considera que es la mejor selección chilena de todos los tiempos, según una reciente consulta efectuada por la empresa Descifra.
"Los pueden criticar, pero en el fondo la gente igual los quiere. Alexis y Vidal, ellos van a quedar siempre en la memoria", afirmó Camila Alvarado, fotógrafa de 29 años.
Una década más tarde, lo conseguido por este grupo de futbolistas sigue siendo un punto de referencia para las nuevas generaciones, que aguardan por el surgimiento de otra camada que los convierta en testigos de una nueva gesta.
Frenada por esa propia 'generación dorada', que ya superados los 35 años siguen siendo titulares y se resisten a pasar la camiseta a los jóvenes, con la complacencia de una dirección que parece no tener rumbo.
María José Rey y Lázaro García