Ivone Palenzuela

Redacción Deportes, 10 may (EFE).- El ascenso del Joventut a la LF Endesa abre un nuevo paisaje en el crecimiento del baloncesto femenino. Jugarán en el histórico Olímpic de Badalona, con un aforo de más de 12.000 espectadores. El impulso de Perfumerías Avenida, Valencia Basket, Movistar Estudiantes o Casademont Zaragoza atisban un futuro prometedor.

La fiebre levantada por el Casademont Zaragoza ha llevado al club a crear un pase femenino a un precio de 145€ que en la 22/23 adquirieron 1.000 socios y en Valencia, la cifra no para de aumentar y este año se alcanzó un tope histórico de socios femeninos con 1.125.

Esta transición tiene lugar, además, de forma acorde a la profesionalización laboral de la liga y es que el pasado miércoles el BOE publicó el convenio colectivo que se había firmado en noviembre noviembre y que entre otras cosas impone un salario mínimo de 16.000 euros anuales para las jugadoras y otros beneficios como la creación de un protocolo de acoso, días de descanso o vacaciones.

Los nuevos pasajeros de la de la LF Endesa 24/25 serán el Osés Construcción Ardoi, que se alzó campeón de la liga regular de LF Challenge, y La Penya, que el pasado fin de semana logró el ascenso en la Final Four al vencer al Estepona por 55-64.

En su carta de presentación al primer escalón del baloncesto nacional, el Joventut incluye nada más y nada menos que el pabellón más grande de toda la competición, el histórico Olímpic de Badalona, con un aforo de más de 12.000 espectadores.

El caso verdinegro ha experimentado un crecimiento rápido pero sólido desde la temporada 20/21 en la que la reestructuración de las ligas femeninas por parte de la FEB elevó a 42 el número de equipos en Liga Femenina 2 y eso permitió al conjunto badalonés la entrada a las categorías nacionales. Tras una temporada en LF2 se alcanzó la LF Challenge y en dónde han completado tres campañas de profesión constante.

“Ha sido un camino interesante, hemos aprendido muchas cosas y siempre le hemos dado mucha importancia a la formación y a generar talento, nuestro planteamiento con el baloncesto femenino ha sido el mismo que con el masculino”, declaró a EFE el presidente del club verdinegro, Juanan Morales.

Para Morales, el éxito ha sido “un crecimiento paso a paso, sin volverse locos” y en esa línea continuará el club en el año del debut en el que el principal reto va a ser “consolidar la categoría”.

“Trabajaremos en nuestro día a día para buscar recursos, ahora tenemos una nueva arma que es salir en primera división”, añadió el mandatario. Todo ello con “ la ventaja de contar ya con una estructura de club de baloncesto”.

“No hay que generar una profesionalización de la gestión porque ya existe y tampoco esperamos un aumento en el gasto de los viajes porque la LF Challenge ya lo exigía”, valoró.

El presidente aseguró que “no hay ningún coste añadido” en lo que respecta a servicios como por ejemplo, los médicos, y que el aumento del presupuesto irá destinado al coste de plantilla, que será mayor que el del presente curso.

Ese sendero de los macroproyectos baloncestísticos lleva a que, como sucede en La Penya, se engloba a equipos de élite masculino y femenino, pero también de baloncesto en silla de ruedas y proyectos sociales como son los equipos de ligas de personas con discapacidad intelectual.

El salto se da por una iniciativa social y deportiva, pero en lo económico, los clubes poco a poco recuperan la inversión inicial realizada en el femenino. En el caso del Valencia Basket este año ha cerrado el mayor presupuesto de su historia con un total de 25,1 millones de euros de los que 2,7 van destinados al equipo femenino en términos de salarios brutos de toda la plantilla, desplazamientos y gastos federativos.

Ese presupuesto total se alcanza con la aportación de mecenazgo de Juan Roig y Hortensia Herrero, que se valora en 17,07 millones de euros, pero que también se debe a que el club ha alcanzado la cifra más alta de su historia en cuanto a ingresos propios alcanzando los 11 millones de euros.

El Casademont Zaragoza ha sido la entidad que más claramente ha seguido los pasos de la escuadra taronja y tras dos años de cifras negativas, la sección femenina terminó la temporada 22/23 con un balance positivo de poco más de 200.000 euros gracias a una inyección de la fundación de la propia entidad.

Para el equipo rojillo fue un gran año en el parqué pero también en las gradas con una afluencia de público mucho mayor de la esperada que batió muchos récords como el de la Copa de la Reina que el propio conjunto zaragozano levantó en el Príncipe Felipe ante más de 10.000 espectadores.

Antes de este boom, el Movistar Estudiantes ya había allanado el camino con su primera aparición en la máxima división en el año 2002 y tras varias idas y venidas, la entidad estudiantil vive ahora su mejor momento al ser fijo en los ‘playoffs’ y disputar la Eurocup Women.