11h19 CEST
09/05/2024
El PSG, más allá de los logros, ha perdido a su tridente galáctico tras el Mundial de Qatar. Mbappè ya es jugador del Real Madrid y no hay jugador capaz de sustituirlo; tampoco, por más que se especule, es Lamine Yamal el elegido. Habrá cambios en la dirección deportiva parisina, la marcha de Kylian marcará un antes y un después que afectará a todos los que vivían en una situación privilegiada por ser soporte del número uno francés.
Lamine Yamal será imposible por su clausula y porque el Barça no puede perder el único talento diferencial que tiene en su ataque. No hay otro delantero ya que Joao Felix es cedido, Lewandowski está en la recta final y Raphinha es transferible. Así que Yamal será vendido si el PSG paga con todo el oro de Qatar. Otras opciones son Leroy Sané, jugador que encaja en la nueva idea de priorizar el colectivo, y Rafael Leao sabedores de que el AC Milan está deseando vender.
El presupuesto, cien millones de euros de traspaso. El rol, ser otro Ousmane Dembèlè. Jugadores que no sean galácticos y que sean capaces de presionar y sacrificarse sin balón, así como de marcar diferencias dentro de un juego colectivo de alto nivel donde las individualidades sean menos que el valor del equipo. Así ganaría Luis Enrique, poco dado a soportar situaciones donde el jugador vaya por delante suyo, y el PSG empezará una nueva idea para ser la referencia mundial.