10h18 CET
21/11/2025
Madrid, 21 nov (EFE).- ‘Rennsport’ aterriza en las consolas de nueva generación después de haber generado mucha expectación en la comunidad gamer con un juego muy ambicioso de simulación de conducción realista que, a pesar de su gran apuesta por el multijugador, queda lastrado por problemas técnicos y una IA poco pulida que desluce la experiencia.
El juego, que ya contaba con una opción limitada y gratuita en ordenadores, da el salto a consolas en un mundo en el que compite con grandes títulos como Gran Turismo, Forza Horizon o incluso el Need for Speed, para centrarse en el juego online como punta de lanza.
Desarrollado por Competition Company con tecnología gráfica Unreal Engine 5, ‘Rennsport’ cuenta con salas online de un máximo de 24 jugadores optimizadas a través de servidores por región para hacer más ágil la creación de las partidas, desde carrera rápida, campeonato comunitario o un evento oficial de ‘esports’.
En ellas se puede competir con 19 coches diferentes, turismos e Hypercar, en 14 circuitos, diez de ellos reales y cuatro de la comunidad; además, en diciembre estará disponible una ampliación -DLC- que incluirá el mítico circuito de la Sarthe, donde se disputan las 24 Horas de LeMans.
‘Rennsport’ ofrece una experiencia realista en cuanto a la conducción, con físicas con detalles muy buenos como el cambio de peso del coche, las irregularidades del asfalto o las vibraciones de los pianos. Eso sí, no incluye clima variable, por lo que solo se puede competir sobre asfalto seco, con opción de programar cualquier hora del día.
Sin embargo, su contenido 'offline' tiene aún detalles por pulir. Además del formato de contrarreloj, el modo ‘Campeonato’ no supone un reto, al no poder elegir o adaptar la dificultad de una IA que es muy poco competitiva que comete errores flagrantes, tiene comportamientos extraños y penaliza al mínimo contacto entre los coches.
Un juego que puede dar la sensación de estar inacabado, con buenas ideas y una simulación realista, pero fallos en el aspecto gráfico con texturas y objetos que aparecen sin previo aviso en los circuitos o visibilidad borrosa en los espejos de los vehículos, lo que deja una sensación agridulce.
Óscar Maya Belchi