Lleva desde el verano sin decir palabra. No aceptó la prima de renovación que extendía su contrato hasta 2025 para quedar liberado en 2024. Y el PSG se cree, ahora, con derecho a solicitarle una indemnización por irse ya que el acuerdo era hasta 2025. Habrá ruido, aunque la decisión de irse es firme. Mbappè, como en años pasados, siempre quiere ir al Madrid en febrero y, hasta la fecha, nunca ha terminado firmando por los blancos. Esta vez, sí. Eso parece y, de hecho, el jugador, a diferencia de ocasiones pretéritas, ha dado pasos firmes. Ya ha firmado. 

Uno de ellos, lo deportivo. Con Galtier, entrenador del curso pasado, tuvo un enfrentamiento porque Kylian no quería jugar de ‘9’ y tampoco de falso ‘9’. El juego del atómico Mbappè es la diagonal desde la izquierda tal y como hacía Cristiano Ronaldo, su ídolo de juvenil. Y no era no. Un año después es Luis Enrique el que le sitúa de falso ‘9’ y de ‘9’ dejando en la izquierda sin un indiscutible. Kylian no dice ni palabra. Resignado. Y en silencio desde el pasado mes de julio. 

Enfrentamiento. A Kylian le buscan la vuelta. El otro día, con el partido 0-0, sustituido por primera vez desde que juega para los parisinos. Y el míster lanza un mensaje cifrado, habrá que acostumbrarse a jugar sin él.  ¿Cuándo? ¿Cómo? Quizás el míster no esté el próximo año y parece que quiere atribuirse la culpa de que Kylian se vaya. Extraño cuando hay una Champions en juego y Mbappé es el mejor del mundo.