Eran el equipo de referencia de la Premier. Un líder, Alex Ferguson, que era Sir y un club que había destronado a un Liverpool que nunca había conquistado la Premier y que en Europa no competía por la Champions. En lo económico, líderes. Su departamento de marketing, la referencia del fútbol mundial con una facturación, y un dominio en el mercado anglosajón y asiático incontestable, insuperable. 

La entrada de los hermanos Glazer y la salida de Sir Alex Ferguson provocó la pérdida total del rumbo y una lenta caída donde el United ya no está en Champions, y si lo está no es considerado para el título, y en la Premier va detrás de Liverpool y Manchester City. No paran de meter capital, pero los grandes jugadores ya no quieren ir al United. El último no, el de Kylian Mbappé. Le daban todo. 

En diciembre entró Sir Jim Ratcliffe, Grupo Ineos, en el accionariado con la compra de un 25 %. En enero ficharon a Omar Berrada, director de Operaciones del City, como el CEO del United. Además se aprobaron 300 millones de libras más el beneficio de las ventas en fichajes para la 24/25 así como la salida del entrenador Erik Ten Hag con la idea de que Mbappè fuese el número uno de los diablos rojos. Never, never, never. El United tendrá que volver a cambiar de plan.